Ramadán 1420 - 1
Mis Queridos Compañeros en el Camino de la Verdad, Allah El Altísimo dice: "Creyentes, se os ha prescrito el ayuno al igual que se les prescribió a los que os precedieron, PARA QUE ESTEIS RESGUARDADOS DEL
MAL." La última frase de la orden del Señor de ayunar nos revela el significado interno del ayuno. Un Hadiz relatado por Abdallah Ibn Mes'ud claramente ilustra este significado. "Aquel que puede, debiera
casarse, porque el matrimonio nos previene de actos prohibidos y protege nuestro honor. Aquel que no se puede casar debiera aprender a ayunar, ya que el ayuno es la mejor forma de controlar su lujuria y los deseos de la
carne, y las tentaciones del maligno ego dominador." Nuestro Profeta (saws) dice: "Todo lugar tiene una puerta por donde entrar; la puerta hacia el verdadero servicio a Allah es el ayuno." El ayuno
nos conduce a ser verdaderos musulmanes; a someternos verdaderamente a nuestro Señor, obedecerlo, alabarlo, adorarlo; ser sinceros y abandonar la hipocresía; detestar aquello que está prohibido, amar y desear aquello
que está prescrito; convertirnos en maestros de nuestros egos en vez de ser sus esclavos. Sin duda que hay influencias malignas alrededor nuestro en el mundo. Pero el demonio solo puede penetrar en nuestro ser,
atacarnos, con la cooperación de un aliado que habita en nosotros: el ego. El ayuno ciertamente debilita a este cómplice interno y mantiene las puertas de nuestro ser cerradas al demonio. Por eso se dice que "El
ayuno es un escudo contra el fuego del infierno." Cuando el ego está hambriento, nuestros ojos, nuestra lengua, nuestras manos y pies, y todos nuestro órganos están satisfechos; sus necesidades están saciadas. No
responderán entonces a la lujuria ni a los deseos malignos generados por el ego. Por otro lado cuando el ego está saciado, todo nuestro ser está hambriento y hará cualquier cosa bajo las órdenes del maligno ego
dominador. El ayuno no es solamente protección contra lo que ha sido decretado como dañino para nosotros. Mientras ayunamos dejamos de lado incluso aquellas cosas que nos están permitidas y que son lícitas. ¿Cómo
entonces no seremos capaces de abandonar aquello que es ilícito? El ayuno también nos purga del veneno físico y espiritual que se ha acumulado en nuestros seres. En el fondo el ayuno limpia nuestro corazón. También nos
hace estar más atentos en nuestra obediencia al Señor; fortalece en nosotros el temor de perder Su amor. Esta es la manifestación de Takwa: temor a Allah, devoción, piedad. Este es el significado de la última frase del
verso: " Para que estéis resguardados del mal." En un Hadiz relatado por Nesai ibn Hudzeyma (ra): "Abu Umama (ra) rogaba al Mensajero de Allah (saws) que le diera en deber, que al hacerlo lo
beneficiara en este mundo y en el mas allá, y que lo llevara al Paraíso. El Mensajero de Allah (saws) le dijo: "¡Ayuna! No hay ninguna obra como ésta, ni nada que la iguale." Cuando Abu Umama le preguntó que
otra obra le recomendaba, el Profeta saws repitió la misma respuesta tres veces." El Profeta (saws) ayunaba muchos días además del ayuno obligatorio durante el mes de Ramadán, especialmente durante los dos meses
anteriores de Rajab y Shaban. Según se relata en hadices, acostumbraba a ayunar muchos días seguidos sin romper el ayuno, lo que se llama "Sawm misal." Algunos de los benditos compañeros también intentaron
hacer este tipo de ayuno pero no tuvieron éxito. Cuando el Mensajero de Allah supo de esto les prohibió hacerlo. Cuando ellos le dijeron "Quisimos hacer lo que tu hacías," él les dijo:
"Yo no soy como ustedes. Se me ofrece alimento en la presencia de mi Señor, sin comer ni beber." Si somos capaces de ser más conscientes y estar un poco más atentos de los diez beneficios del ayuno que se
describen a continuación, quizás podremos ser alimentados por nuestro Señor sin necesidad de ingerir alimentos. 1. Cuando nuestros estómagos están llenos nos ponemos torpes, flojos y descuidados. Nuestros corazones
están pesados, incapaces de penetrar en el significado de las cosas, descifrar secretos, y acomodamos las cosas para nuestro propio beneficio. Cuando estamos ayunando nuestros corazones están livianos y en paz estamos
ansiosos por obedecer las ordenanzas de nuestro Señor, y somos más capaces de ver y de entender la realidad. 2. Cuando el cuerpo está hambriento el corazón se enternece y somos más compasivos, relacionándonos mejor
con Allah El Más Compasivo. Esto debiera permitirnos tomarle el gusto a nuestras oraciones, sentir los efectos del recordar al Señor y debería fortalecer nuestra fe. 3. A través del ayuno el sentimiento de dejarnos
llevar por la buena vida, y de ser condescendientes con las ilusiones sobre nosotros mismos, desaparecen. El orgulloso y el arrogante sienten una inmensa tristeza, que es la prueba de debilitamiento del ego. En un Hadiz
Qudsi, Allah El Altísimo dice: " Estoy con aquellos que se sienten tristes por Mí" 4. Cuando estamos hambrientos recordamos las penas y sufrimientos de nuestras vidas; recordamos a otras personas que sin
poder elegir otra cosa, están hambrientas sin hogar, y nos viene el deseo de ayudarlos. 5. El hambre debilita nuestro ego y nos previene rebelarnos contra las órdenes de Allah, y de herirnos nosotros mismos o a otros.
6. Un estómago lleno nos hace estar somnolientos. Aún si nuestros ojos están abiertos somos torpes y desatentos. Aquel que está desatento no se da cuenta de lo que hace y lo que le está sucediendo. Está indefenso y
está expuesto a ser herido física y espiritualmente. El hambre nos agiliza, nos pone atentos, para darnos cuenta del mundo y de nuestro Señor. 7. Al estar hambrientos encontramos consuelo en la oración. La adoración
con el estómago lleno es en el mejor de los casos el cumplimiento de un deber. 8. La mayoría de las enfermedades son causadas o se agravan por el sobrepeso, por comer mucho. El ayuno purifica nuestros cuerpos, cura
muchas enfermedades y nos da salud. 9. Aquel que come menos y ayuna elige así tener una vida humilde. Aprende a sentirse satisfecho con menos. El Mensajero de Allah (saws) dice:
" Aquel que vive humildemente y con poco jamás sufrirá pobreza." 10. Cuando diminuimos nuestras necesidades, nos alegramos de compartir lo que nos queda de nuestras posesiones con otros, y nos volvemos
generosos. La generosidad es un atributo divino que nos conduce al Paraíso en este mundo y en el Mas Allá. Toda alabanza y agradecimiento son para Allah El Altísimo, y paz y bendiciones para el alma de Su amado,
nuestro Maestro y Guía, el Profeta Muhammad (saws), su familia y sus compañeros (ra), que somos capaces una ves mas de celebrar juntos el mes de Ramadán. Que ellos y el mes de Ramadán estén complacidos con nuestro
Ihvan, y que sean nuestros intercesores en el Día del Juicio Final. Que nuestros humildes esfuerzos de adoración, obediencia y servicio por Allah sean aceptados. Que nos purifiquemos y embellezcamos con el Adab, la
buena moral ordenada por el Sagrado Corán, y con la imitación del carácter de nuestro Maestro (saws) el Amado de Allah. Que nuestro amor por nuestro Señor y Su Amado, aquellos a quienes aman y aquellos que los aman a
ellos, así como el amor del uno por el otro por Ellos, aumente en abundancia. Que se nos dé la fortaleza y los medios para servir en Sus nombres y por Ellos, y que tengamos éxito en nuestras tareas.
Que no se nos pruebe mas allá de lo que podamos soportar. Que nuestra fe sea protegida y perfeccionada. Que nuestros maestros sean bendecidos y que nuestros Sheiks que se han encontrado con Su Señor entren en Su
Paraíso. Que nuestros errores sean corregidos en honor al bendito mes de Ramadán Amin bi hurmati sayyid al Mursalin Shaykh Tosun Bayrak al-Jerrahi al-Halveti |